Al igual que la cannabis, los hongos psilocibes fueron demonizados al mezclar leyes con moralidad. Es ahora que estamos «re-descubriendo» a mayor escala las propiedades curativas y la magia de los fungis.
Los seres humanos hemos usado plantas y otros organismos con el fin de conectar y tener una relación con alguna entidad superior desde hace milenios. Alrededor del planeta, distintas culturas y comunidades tienen «sus» psicodélicos para desarrollar un nivel más alto de consciencia y comprender la vida fuera de lo racional.
Historia milenaria
En las montañas cercanas al Sahara, cerca de lo que hoy es Argelia, hay registro de uso de hongos psicoactivos desde hace 7 mil años. Esto hizo surgir mitos newwave, de la presunta responsabilidad de miembros de la familia fungi en el desarrollo de la inteligencia de los Homo sapiens. Sin embargo, esto continúa siendo un mito ya que no hay evidencia de que los cambios mentales por vivencias psicodélicas pasen de generación a generación (por más que haya una apertura sensorial y modificación de algunas funciones mentales, no hay cambio en el ADN).
En América, gracias a su enorme biodiversidad, los hongos fueron tan importantes como el alimento, al ser nuestra forma de conectar con deidades primigenias. En México hay registro de 4 mil 500 especies de miembros fungi, de los cuales treinta y cuatro tienen algún efecto psicoactivo.

Desafortunadamente hay pocos registros de especies y la utilización religiosa de los teonanácatl (nombre que les dieron los pueblos originarios, y cuyo significado es carne de dios), antes de la llegada de los españoles en el siglo XV. La moral cristiana de los conquistadores satanizó el uso ritual de los hongos y destruyeron mucha información que existía.
Toribio de Benavente escribe sobre estos hongos en su escrito Historias de las Indias de Nueva España de 1536:
«Tenían otra manera de embriaguez que los hacía más crueles, y
Toribio de Benavente «Motolinía», Historia de las Indias de la Nueva España, 1536.
era con unos hongos o setas pequeñas, que en esta tierra las hay
como en Castilla; mas los de esta tierra son de tal calidad, que, comidos crudos y por ser amargos, beben tras ellos o comen con
ellos un poco de miel de abejas. Y de allí a poco rato veían mil
visiones, en especial culebras, y como salían fuera de todo sentido, parecíales que las piernas y el cuerpo tenían lleno de gusanos
que los comían vivos, y así, medio rabiando, se salían fuera de casa,
deseando que alguno los matase».
Esta demonización trajo prohibiciones y el olvido de estos usos, al menos entre las sociedades urbanas; ya que en algunas comunidades originarias siguieron con estos usos, y fueron ellos quienes mantuvieron vivo ese conocimiento hasta el día de hoy.

Fue hasta la segunda mitad del Siglo XX cuando se comenzó a descubrir (al menos en el mundo occidental) sus efectos psicoactivos y su uso ritual. Robert Gordon Wasson (escritor estadounidense) viajó a Oaxaca (Sur de México) donde, de la mano de María Sabina, conoció el uso ritual de estos hongos y lo expuso en la revista LIFE.
Este redescubrimiento occidental trajo una ola de neochamanismo que puso el reflector hacia estos organismos, como la prohibición moderna. Además de que Sabina fue forzada a exiliarse por la gran cantidad de gente que irrumpió en la vida de estas comunidades buscando «iluminación».
Actualmente en México la ingesta de los hongos está prohibida si no es para un uso ritual o tradicional. Además de que la sustancia activa de algunos fungis (la psilocibina) está catalogada como peligrosa y con nulo/poco potencial terapéutico (Artículo 245 de la Ley General de Salud).
¿Cuáles son los efectos de estos hongos?

Las dos sustancias principales que tienen son la psilocibina, en el caso de los psilocibes como los pajaritos o niños santos (Psilocybe cubensis entre otros) y el ácido iboténico/muscinol (de los Amanita muscaria y Amanita pantherina).
Al comer estos hongos, el hígado transforma la psilocibina en psilocina y esta pasa el flujo sanguíneo; después llegando al cerebro. A su vez, el ácido obténico junto al muscinol se pegan en los receptores GABA (importantes en la ansiedad) y producen efectos en nuestra visión.
«Podemos ver la vida en todo».
Los dos químicos tienen una composición muy parecida a la serotonina (neurotransmisor que controla el humor, percepción sensorial, etc.) y se unen al receptor llamado 5-HT2A.
En abril del 2020 una investigación de Cell explicó que los psicodélicos como la dietilamina de ácido licérgico (LSD), dimetiltriptamina (DMT) y psilocibina se unen al ya nombrado receptor y a partir de ahí cambian las reacciones neuronales, sus conexiones y la actividad.

Son los primeros pasos hacia entender la psicodelia, sin embargo, otras investigaciones han dado resultados favorables en el tratamiento de ansiedad, depresión, y en pacientes con cáncer terminal. Además de dar conclusiones positivas para reducir el uso problemático en cocaína, tabaco y alcohol.
Cabe mencionar que en estos experimentos se utilizaron aislados de psilocibina ya que, como pasa en el cannabis, cada especie de hongo tiene diferente cantidad de este compuesto.
El efecto de los hongos aparece aproximadamente después de dos horas de su consumo. Así como en otros psicodélicos los efectos cambian de acuerdo al usuario:
- Distorsión en colores y formas
- Cambio en la noción del tiempo
- Euforia o depresión
- Conexión con el Universo
- Sinestesia: Sensación de ver música, sentir los colores, etc.
- Se refuerzan lazos con quienes comparten la sesión
- «Alucinaciones» visuales, táctiles y hasta auditivas
- Entre más dosis se consuma, los efectos pueden cambiar; desde ser más social, a la introspección y pérdida de conexión con «la realidad».
Los efectos se van después de las seis horas (según la dosis y la persona). No hay dosis mortal, la tolerancia es poca y desaparece en apenas unos días de abstinencia; lo cual reduce la posibilidad de adicción.
¿Como consumir más seguro estos hongos?
- No consumas todos los hongos que te dicen que son mágicos. Hay especies venenosas mortales, lo mejor es ir a buscarlos con alguien que sepa o incluso que cultive psilocibes.
- En tu primera vez, no consumas una dosis alta, los efectos pueden llegar a ser abrumadores sin experiencia previa.
- Si tienes antecedentes de alguna psicosis (como esquizofrenia) no consumas.
- Lo mejor es consumir tu primera vez con un(a) trip sitter, esto es una persona con experiencia, que te cuide durante el viaje.
- Set and Setting: este término se refiere a las condiciones tanto físicas, mentales y ambientales que ayuden a los usuarios a pasar un viaje placentero: música tranquila, vestimenta holgada, ambiente relajado, etc., son algunos ejemplos para tener una experiencia agradable. También, si acabas de cortar con tu pareja, o pelear con algún amigx o familiar, no es lo mejor tomar una dosis alta de cualquier psicodélico. Estas sustancias potencían las vivencias y estados mentales, tener un mood molesto podría acarrear mal viajes.
- No mezclar psicodélicos con antidepresivos, al usar el mismo receptor, podrías tener un efecto exponenciado, reducido, entre otros.
- OJO: NO RECOMENDAMOS EL CONSUMO DE SUSTANCIAS ILEGALES, PERO PENSAR QUE POR SER ILEGALES NO SE CONSUMEN, ES ENGAÑARSE Y LOS USUARIOS NECESITAN INFORMACIÓN SIN ESTIGMAS.
¿Por qué se le conoce como 920 al día en que celebramos a los hongos psilocibes?
El activismo por las regulación de los diferentes usos de sustancias psicoactivas encuentra nuevas formas de hacerse notar y así generar un cambio en la opinión pública.
Desde el redescubrimiento en la segunda mitad del siglo XX múltiples movimientos han estado a favor de los hongos mágicos. Pero fueron los activistas de 920 Coalition quienes hicieron la campaña mundial que busca un cambio en las regulaciones para dar acceso a los fungis psicoactivos.
La razón del 920 es para encontrar un número atractivo y usar un poco de la fama del 420.
En octubre de 2019, activistas de la Sociedad Mexicana de Psilocibina realizaron la primera marcha para buscar una regulación en estos hongos y que se elimine a la psilocibina de la lista de sustancias sin potencial terapéutico. Este evento tuvo lugar de Plaza de la Solidaridad al Zócalo de la capital mexicana.

Fuente documental: «Hongos de México», Revista Arqueología Mexicana, edición especial 87, editado por Raíces/Instituto Nacional de Antropología e Historia, octubre 2019.
Fuente de portada: Drogas, Política y Cultura.
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