Desde que consumimos nuestro primer porro, hay una noción popular que divide el mundo de la marihuana: índica y sativa. ¿Esto sigue siendo válido?, ¿deberíamos cambiar esta clasificación?
La mayoría del conocimiento sobre la cannabis, hasta hace unas décadas que se comenzó a borrar la prohibición total, está basado en la tradición oral de un cultivador/usuario a otro. Lxs primerxs pachecxs tuvieron que descubrir qué variedad otorgaba qué efecto; saber si eran las plantas más altas las producían mejores flores; y así, poco a poco, el humano seleccionó y formó a la marihuana.
Es por eso que muchas creencias fueron tomadas como hechos. Una de estas creencias es pensar que se puede entender una planta tan compleja con dos o tres nombres: sativa, índica y ruderalis.
El origen de los nombres populares del cannabis es un misterio del cual aún hay lingüistas e investigadorxs recabando información. Sin embargo, lo que sí podemos saber es de dónde vino la idea de llamar índica o sativa a la yerba amiga.
Fue Leonhart Fuchs (Wemding, Bavaria, hoy Alemania, 1501) en su libro De historia stirpium commentarii (1543), quien nombra por primera vez a este vegetal asiático como Cannabis Sativa (presumiblemente del hebreo kannabos y sativa del latín cultivada).
Cannabis sativa de Leonhart Fuchs. Fuente: Herb Museum
Pero la primera clasificación formal de la marihuana viene del enorme compendio de Carolus Linneus llamado Species Plantorum (1753). El botánico sueco fue el primero en clasificar a las diferentes especies vegetales con el método de género-especie. Por el cual podríamos decir que es el padre de la Cannabis Sativa moderna, que significa “cannabis cultivada”, así como el Oryza Sativa (arroz) o la Avena Sativa (avena). Solo es una especie vegetal cultivada por el hombre, no por efectos.
Posteriormente, Jean-Baptiste Lamarck (1744), observó diferencias entre el cannabis y cáñamo europeo y el asiático, así fue que en su Encyclopédie Méthodique, Botanique (1783) acuñó el término de índica para describir a la marihuana asiática cultivada en la India. Nada de efectos o cantidad de cannabinoides, solo el origen.
La tercera especie fue nombrada en 1924 cuando el botánico ruso Janischevsky encontró plantas de cannabis creciendo en zonas rurales de Azerbaiyán y Siberia. A estas plantas pequeñas, pero con un ciclo de vida rápido, les llamó ruderalis o rurales. La cruza con estas produce las autoflorescientes.
Esto tiene relevancia pues van 230 años de que el ser humano intenta definir y clasificar a una planta como sativa o índica. Finalmente, cada planta que es un ser vivo y cada generación es un nuevo «tipo», con características establecidas por el genotipo que cambia con cada cruza, incluso plantas clonadas pueden tener efectos ligeramente diferentes uno de otros.
También hay sativas pequeñas e índicas grandes, con diferentes tonalidades de verdes y con hojas similares. Al secarse pocos cogollos se ven diferentes por forma.
Por ejemplo:


Fuente: Hightimes
Ambas son muy parecidas; y sí venden una con el nombre de la otra, tal vez no podríamos definir cual es cuál. ¿La razón?, en algún momento en los miles de años de ese linaje una índica se cruzó con una sativa o viceversa.
Otro error común es basar la clasificación de la cannabis en sus efectos psicoactivos. El conocimiento popular dice que las sativas dan un efecto más eufórico y activo, mientras que las índicas son más relajantes y sedantes. Esto tampoco es fiable, ya que, por ejemplo, puedes cultivar una OG Kush, la cual debería tener un high más corporal, pero el efecto depende de cada Sistema Endocannabinoide, así como la mezcla de las cientos de moléculas de la cannabis (cannabinoides), el que pueda presentar cierta cantidad de euforia o sedación. Ni en medicamentos hay efectos iguales en TODOS.
Es por esta razón que muchos investigadores no recomiendan el cannabis fumada ya que no tienes los mismos efectos siempre. Las tinturas son cuestión a parte ya que ahí puedes analizar el producto final y tener un perfil de cannabinoides definido, pero el efecto puede cambiar.
Entonces, ¿cómo clasificamos a las plantas? En leafly utilizan esquemas basados en los terpenos, lo cual da cierta precisión, pero tampoco es definitivo (hay cookies que no saben a galletas, o tangie que sabe más a limón). Otros se basan más en cantidad de cannabinoides, lo cual tampoco es preciso.
Como conclusión: la Cannabis Sativa es una planta sumamente compleja que ha sido modificada desde hace milenios, lo cual hace imposible poder clasificar con precisión sus efectos, características físicas, sabores u olores sin un análisis el laboratorio, y aún así, si haces estudios a marihuana nombrada igual, tendrás diferentes concentraciones, tamaños, características. Es como esperar a que dos humanxs sean idénticxs solo por ser latinxs o asiáticxs.
Lo mejor para saber si tu yerba es sativa o índica es probarla (si eres mayor de edad), no hay más por el momento. No importa si dicen que es sativa, si tiene un nombre muy atractivo, si se ve de una forma, etc. Hasta tener una clasificación precisa, lo cual como verán, es bastante difícil, no hay mejor manera.
Fuente de portada: My 420 Tours
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