No es un secreto que los estigmas sobre las personas usuarias de sustancias permanecen entre la clase política mexicana. Muestra de ello es que ningún candidato en las futuras elecciones intermedias en México ha presentado propuestas sobre el consumo de sustancias, reducción de riesgos y daños, ni sobre la regulación de la marihuana, alcohol, tabaco, entre otras.
Está por demás recordar que el próximo 6 de junio tendremos las «elecciones más grandes en la Historia de México», solo falta salir en bicicleta por las calles para ver la enorme cantidad de propaganda recordándonos ir a vota, así como por quien votar, sin mencionar los demás medios masivos bombardeando las 24 horas. En estas elecciones estarán en juego 15 gubernaturas estatales, municipales, así como algunas diputaciones federales y las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
Todo lo anterior en un contexto marcado por la pandemia de Covid-19 (que está todo menos que controlada), una modesta recuperación económica, violencia política (con 88 candidatos asesinados en diferentes estados) y una opinión pública dividida. Bueno, ¿al menos hay propuestas para solucionar estas y otras problemáticas?, no precisamente, ya que las campañas intermedias se están basado en ataques entre candidatos, partidos e ideologías. Entre los temas olvidados, están las políticas de drogas, regulación de sustancias y usuarios.
Sustancias y adicciones en el olvido
Durante la pandemia subió el uso de sustancias, eso es un hecho. Los días o semanas de cuarentena significaron un cambio en la rutina, en el trabajo, escuela, relaciones y en el consumo de sustancias, organizaciones como Echele Cabeza y la Organización Mundial de la Salud han dicho que aumentó el consumo y las personas siguieron obteniendo sus dosis aún cuando estábamos sin salir y con el comercio internacional pausado.
Sin embargo, hay poco que decir sobre los candidatos y candidatas mexicanas respecto al tema. Ninguna propuesta concreta para establecer nuevos procedimientos para el tratamiento de uso problemático, mucho menos nuevos marcos regulatorios sobre el tabaco, el alcohol, las benzodiacepinas, solventes, entre otras sustancias legales. Pareciera que el tratamiento a usuarios con pocos recursos estará en manos de los anexos, centros de rehabilitación en su gran mayoría clandestinos, sin certificación de la Conadic y con una larga historia de abusos a personas usuarias.
Sin reducción de riesgos y daños a la vista
Otro punto que no ha sido tomado por los diversos candidatos y candidatas es la reducción de riesgos y daños (RRD). ¿Qué es?, son las políticas y programas orientados a reducir los daños de salud, sociales y económicos relacionados al consumo de sustancias. A diferencia de lo que son otras políticas sobre drogas, la RRD parte de la idea de que las personas van a consumir, no tiene juicios de valor (no piensa que los usuarios están mal o bien); además, entiende al fenómeno del consumo más allá de un asunto de mercado, por lo tanto las comunidades y las personas deben de recibir la información y las herramientas para reducir los daños por usar sustancias.
El ejemplo clásico de la RRD son las clínicas dónde los usuarios de inyectables reciben jeringas limpias, dosis reguladas de sustancias puras sin adulterantes y aplicadas por profesionales de la salud. Cuando la persona usuaria ya no quiere consumir se le da tratamiento con personal capacitado. No hay internamiento forzado.
Podría ser una revolución en la forma de tratar a las drogas en México, pero de nuevo, ningún aspirante a servidor público quiere enfrentar el costo político de una reforma sobre este tema. Ante la falta de interés y propuestas por parte de los partidos políticos y sus candidatos sobre cómo vemos a las sustancias y sus usuarios, parece que la reducción de riesgos y daños será un tema para las diferentes organizaciones sociales.
Cannabis en pausa y sin muy buen futuro…
¿Bueno y la cannabis?, salvo algunas canciones y playeras por parte de candidatos ninguno se ha posicionado claramente por acelerar el marco regulatorio sobre la mariguana. Mientras, este tema se encuentra pausado en el Senado y a la expectativa de lo que la Suprema Corte decida. Pero vamos a futurear:
Si Morena se mantiene como fuerza mayoritaria en el Poder Legislativo… pues no mucho, ya que como lo hemos informado, la mayoría de diputados y senadores de este partido no aceleraron el proceso por regular la yerba amiga, sino todo lo contrario, tres prórrogas y entregar la responsabilidad al Poder Judicial, evidencian la falta de interés. Por lo tanto es muy probable que el marco regulatorio del cannabis se retrase hasta el 2022 … ó 2023
Si Morena pierde la mayoría… peor aún, como vimos en el debate sobre la regulación de la marihuana en la Cámara de Diputados y en el Senado, hay mucha división aún dentro de los partidos que votaron a favor, en este contexto, es probable que los partidos de derecha (quienes no apoyan el uso adulto) puedan conformar un bloque que retrase esta decisión indefinidamente.
Dado que los legisladores no tienen mucho interés en regular el tema, lo mejor es (hasta el momento) tramitar un amparo para el autocultivo y uso de la marihuana, con ello olvidarse de política, así como del mercado negro y dedicarse a cultivar.
Esto solo es una parte de lo NO nos están presentando los y las candidatas en estas elecciones intermedias: propuestas; lo que sí están haciendo es crear más polarización con los constantes ataques entre facciones políticas, periodistas, intelectuales, elite política y ex gobernantes. Solo queda salir a votar (con sana distancia y cubrebocas), castigar la falta de interés en temas sobre drogas y exigir que cambie la forma de ver a las sustancias y los usuarios de ellas.

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