Un importante sector de yoguis en la India han usando Cannabis para mejorar su práctica espiritual durante milenios. Dee Dussault es la primera instructora de yoga que “salió del clóset” y comenzó a ofrecer clases de yoga “ampliadas” con Cannabis en Estados Unidos y Canadá.
“Hoy en día hay una conversación tranquila pero creciente dentro de la comunidad occidental de practicantes de yoga acerca del posible papel del Cannabis para los buscadores modernos que siguen un camino espiritual.” (p. 117*)
Para algunos practicantes del yoga contemporáneos, fumar o mejor aún, vaporizar marihuana, puede profundizar la conciencia, la aceptación, la conexión con el cuerpo y la relajación durante la práctica. A medida que las leyes cambian y el estigma que rodea a la cannabis comienza a disiparse, la yerba amiga se considera cada vez más como un complemento legítimo para una mejor salud y un mayor bienestar.
Una clase de lo que Dee Dussault llama Ganja Yoga comienza con una pequeña ceremonia en la que se consume marihuana y se realizan ejercicios de relación. Después de practicar otros ejercicios de respiración, estiramiento y fortaleza, la clase concluye con una “meditación de contacto con la unidad”.
En un libro que reúne varios textos acerca de Cannabis y espiritualidad, Dee comenta que lleva 19 años practicando yoga, los diez primeros sin vaporizar ganja antes de clase. Cuenta que cuando comenzó a hacerlo, la “anatomía esotérica” dejó de ser para ella algo conceptual:

Dee y su libro «Ganja Yoga», 2017
“Cuando practicaba en el estado ordinario de conciencia no estaba segura de si existía un vortex de energía en mi chakra del corazón. Cuando empecé a practicar en un estado no ordinario, ya no necesité preguntarme si realmente existía el chakra cardiaco. Podía sentirlo y a veces verlo.” (p.120*)
A pesar de ello sugiere a sus alumnos que no siempre hagan yoga estando puestos ya que “estar sobrio acentúa ciertos aspectos de la práctica” y permite realizar mejor posturas que se practican con la cabeza invertida, las cuales ella desaconseja hacer bajo los efectos cannábicos, ya que requieren demasiado equilibrio y aún en el estado ordinario pueden resultar peligrosas.
Cuanta Dee que durante una de sus sesiones de Ganja Yoga, realizando prácticas energéticas acumulativas tántricas:
“Por primera vez sentí la electricidad de todo mi cuerpo como una zona erógena pulsante, un nervio sensorial pulsante (…) y experimenté las dulces espirales estáticas de deliciosos fractales arcoíris moviéndose a través de mis nadis (canales energéticos). El Cannabis profundizó mi sensibilidad al sutil flujo de sensaciones a través de mi cuerpo de maneras que nunca antes había experimentado y de pronto me encontré en un estado de orgasmo expandido sobrecogida por la sensación definitiva de que me encontraba haciendo el amor con el universo. Vi y sentí toda la creación entrando y saliendo de mí, llenándome con todo lo que es, ha sido y será! (p. 123*)
En 2017 publicó su primer libro: Ganja Yoga, donde explica cómo aprovechar los beneficios de la relajación profunda, así como alterar la conciencia de una manera segura y energizante seleccionando la mejor hora, el mejor tipo de ganja, el mejor el método de consumo, así como las posturas y las técnicas de respiración adecuadas para practicar bajos sus efectos.
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