Casi 10 años de que el primer país comenzó el camino de la cannabis regulada (Uruguay), Luxemburgo, un país pequeño, pero que tendrá el privilegio de ser el primer país europeo que permita el autocultivo y uso de marihuana a mayores de edad. Es el tercer país a nivel mundial en regular todos los usos de la yerba amiga.
El Gobierno de Luxemburgo anunció este viernes que permitirá el autocultivo y consumo de , así como el comercio de semillas de marihuana para mayores de edad. Con esto se convierte en el primer país europeo en permitir el uso adulto de la cannabis.
Fuentes del gubernamentales anunciaron «cambios fundamentales en el enfoque del país sobre el consumo y el cultivo recreativos de cannabis a la luz del fracaso de la prohibición para disuadir el consumo«, que permitirán el autocultivo de hasta 4 plantas por hogar, sin importar si son cultivadas en el interior o en el exterior (jardines, balcones, entre otros), así como el consumo privado a mayores de edad.
Esos cambios fundamentales también se aplicarán en las semillas de marihuana, las cuales podrán ser intercambiadas, vendidas sin importar la cantidad de THC (principal molécula psicoactiva de la cannabis), e incluso tienen planeado una producción nacional de semillas para su uso comercial e importación, pero por la pandemia de Covid19, esto se ha retrasado.
“Queremos comenzar por permitir que la gente lo cultive en casa. La idea es que un consumidor no esté en una situación ilegal si consume cannabis, y no apoyar toda la cadena ilegal desde la producción hasta el transporte y la venta donde hay mucha miseria. Queremos hacer todo lo posible para alejarnos cada vez más del mercado negro ilegal «, explicó Sam Tamson, Ministro de Justicia de Luxemburgo para The Guardian.
Sin embargo, el consumo público y la venta de flores de cannabis, así como productos hechos con cannabinoides se mantendrá en la ilegalidad. Eso si, reducirán las multas por consumir y transportar cannabis en vía pública, de 25 euros (30 USD) por posesión de menos de 3 gramos (el límite legal en este país), 10 veces menor a 251 ó 2.500 euros que actualmente se imponen, además de que ya no será una ofensa criminal y solo se le considerará un delito menor.
Tamson advierte: “Por encima de tres gramos, nada cambia, se le considerará un distribuidor. Tampoco cambia nada para los conductores de automóviles: todavía hay tolerancia cero”. La razón de que se mantengan esto es por el deseo de solo liberar el consumo y el cultivo «dentro de las cuatro paredes».
La posición de Luxemburgo es parecida a la de sus vecinos europeos, Países Bajos que impulsaron lugares de consumo seguro de cannabis (coffeeshops) para alejar a los y las usuarios del mercado negro y del «efecto góndola« (en los puntos de venta clandestinos no se prohibe la venta de sustancias ajenas a la marihuana, de aquí viene el mito de la droga de entrada). Las diferencias es que en Holanda no se permite el cultivo y su uso sigue prohibido, aunque las autoridades no aplican estas restricciones.
Este plan fue acordado por los tres partidos con representación en el gobierno europeo después de dos años de planeación, y convierte a Luxemburgo en el tercer país en permitir y regular el uso adulto de la cannabis, junto con Uruguay (2013) y Canadá (2018).

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