Ejidatarios de Tetecala, Morelos, junto con activistas comenzaron el camino para cambiar el cultivo de caña, maíz, tomate, entre otros vegetales, por Cannabis Sativa y así convertirse en el “primer pueblo cannábico de México” con la esperanza de que la “yerba amiga” sea un apoyo económico comunitario.
Una de las demandas de la Revolución Mexicana eran las tierras para cultivar, el general revolucionario morelense Emiliano Zapata peleó por zonas de cultivo y liberarlas de los terratenientes de esa época, y bajo este mismo sentimiento, en Tetecala, Morelos, ejidatarios y activistas por la regulación de la cannabis unidos en la asociación civil Pueblos Unidos del Sur del Estado de Morelos (PUSEM), comenzaron en agosto de este año el proceso para, además del cultivo de caña y maíz, cultivar cáñamo y marihuana. Buscan ser el “primer pueblo cannábico de América Latina”, con el propósito de revalorar sus tierras, mejorar la comunidad, generar un cultivo sustentable y atraer turismo.
Siguiendo el camino verde
Impulsados por la creciente ola verde y las decisiones de la Suprema Corte de Justicia en julio, 15 ejidatarios de esta localidad, ubicada a 300 kilómetros al sur de la Ciudad de México, presentaron el 9 de octubre, en la oficina local de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), solicitudes de permisos para cultivar mil metros cuadrados de marihuana y mil metros cuadrados de cáñamo.
“Entregamos la solicitud de licencia para sembrar mariguana de manera legal. Lo que buscamos es cambiar el rumbo de nuestro pueblo, para atraer comercio que busca transformar la cannabis, pero también para atraer el turismo. Queremos ser el primer pueblo cannábico de todo México, lo que beneficiaría a más de 20 mil habitantes”, dijo Alejandro Vello, vocero de la PUSEM, afuera de las oficinas de Cofepris.
Además, Vello destacó el potencial de la cannabis y dijo que así como en Querétaro hay viñedos, quieren hacer una ruta de la marihuana, tiendas donde vendan productos de hemp y hasta puntos donde se pueda consumir.
Un mes después (y hasta octubre de 2021), la Cofepris no respondió a su solicitud, los ejidatarios y activistas no se quedaron de brazos cruzados.
El 26 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, visitó Morelos, precisamente la “Arena Teques”. Allí los cultivadores de Tetecala le entregaron el Plan Tetecala, que retomando el Plan de Ayala de Zapata, busca que la semilla de cannabis cultivada en Morelos tenga denominación de origen, así como que el “50% de las ganancias de la venta de cannabis se vaya a campesinos y ejidatarios de todo México”, expresó Vello para La Jornada. La respuesta de AMLO fue sencilla: chocó el puño y asentó con la cabeza.
Después de una semana de silencio, la PUSEM organizó un plantón en el Zócalo de Tetecala, donde plantaron 400 semillas, así como una planta de marihuana en floración, con ello, aún sin permiso de Cofepris, declararon a esta comunidad al sur de Morelos como “el primer pueblo cannábico de América Latina”.
Hasta el corte de hoy (19 de noviembre) las peticiones de los activistas y ejidatarios no ha tenido respuesta por parte de Cofepris.

De la comunidad para la comunidad.
Para entender más cómo es que estos cultivadores se unieron en torno al cultivo comunitario de la yerba amiga, tuve la oportunidad de hablar con Kari Belmont quien junto a Andrés Saavedra realizó el Plan Tetecala.
“Queremos darle alas a los cultivadores de Tetecala”, dice la ingeniera agrónoma, quien aclara que el objetivo de los y las activistas que colaboran con la PUSEM es darles conocimientos y asesoría a los cultivadores para producir tinturas cannábicas y con ello “mejorar la vida de los pacientes que lo necesiten y difundir el uso medicinal de la marihuana”. Mientras que a nivel comunidad ayudaría ya que el cultivo de caña y maíz no son suficientes para tener calidad de vida y “la cannabis ayudaría a impulsar la economía”.
Cabe mencionar que aunque se han levantado voces de resistencia que ya están recabando firmas para evitar los planes de “pueblo cannábico”, espera que sus esfuerzos ayuden a cambiar la visión que muchos tienen de la yerba amiga.
Sobre la futura regulación mexicana, Belmont, quien forma parte de la organización Artistas Legales, destaca que la propuesta de los senadores tiene “muchos errores”, entre ellos el desconocimiento de la Cannabis, “se ve que no entienden a la planta al solo regular la floración, entre otras cuestiones (…) parece que no tienen a nadie que les diga cómo es el contexto mexicano”,declaró.
Kari destaca que “si bien permiten hasta 5 plantas, si yo quiero vender cannabis a menor escala, no dan opciones”, también lamenta el Reglamento sobre Cannabis Medicinal de este año por “no apoyar a los pacientes y a sus familias con acceso a las propiedades de la marihuana”, igualmente, lamenta el “poco apoyo a las comunidades cultivadoras”; mientras que el Plan Tetecala propone 50% de permisos de cultivo destinados se destinen a cultivadores nacionales, la regulación de los senadores sólo otorgaba 30% y otras propuestas lo reducen este porcentaje.
Dice que tanto ella como su movimiento en Tetecala no sé cierran al mercado, pero alientan a que se cultive ya que nos permite liberarnos de muchas cuestiones como contaminantes y reduce el costo de acceso a la marihuana.
Alejandro Vello, compañero de Kari, comentó en una entrevista para La Jornada que calculan un ingreso de más de 2 mil pesos (99 USD) por kilo de marihuana cosechada, mientras que por una tonelada de caña solo reciben mil 200 (59 USD).
Tal parece que la comunidad de Tetecala no quiere seguir criminalizando a los cultivadores de marihuana y retoman el control de sus tierras para obtener desarrollo y bienestar, lo que revitaliza el lema de Zapata: “La tierra es de quien la trabaja”.

Con informacion de:
https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210926-mexico-tetecala-pueblo-mexico-cannabis
Fuente de Portada: Deborah Bonello, Chicago Tribune
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