Las plantas de cannabis nacen de semillas, semillas que nos van a traer una «sorpresa». Sin embargo, cuando no queremos dejar que el azar decida por nosotrxs nuestra cosecha, podemos acudir a las plantas madres. Conoce más:

Como cualquier ser vivo, la Cannabis Sativa va modificando su genética de una generación a la otra. Por esta razón, cuando germinamos dos semillas es imposible tener dos plantas iguales. Ante esta situación, lxs cultivadorxs desarrollaron las plantas madres.

Las plantas madres son ejemplares desarrolladas para crear replicas exactas de una planta (clones o reproducción asexual). La razón de querer tener siempre plantas iguales es para preservar sabores, olores y efectos que el usuario busca. Además de que permiten una producción estandarizada en lugares donde es legal su venta.

Estas plantas son mantenidas en fase de vegetación gracias a que el cultivador regula el fotoperiodo (recordemos que es la relación de sombra y luz que las plantas requieren para crecer) a 18 horas de luz y seis sin iluminación.

Para tener una planta madre, necesitas una variedad de cannabis con las características que buscas; para eso debemos seleccionar de unas semillas regulares los mejores individuos. Esto es tardado, pues antes tenemos que volver al comienzo para mostrar su sexo y eliminar a los machos.

Al encontrar una hembra con mayor capacidad psicoactiva o con las características que buscamos, es momento de regresar al fotoperiodo anterior.

Los cuidados que debe de tener unx cultivadorx con las plantas madres son:

Mantener una planta madre cuidada y con buena salud, permitirá poder clonar y así mantener las características que quieres durante varias cosechas.

¡Buena suerte!

Fuente de Portada: Boston Globe